domingo, 30 de agosto de 2009

As Cronicas do Bragança "I"


Encomiendome a Dios Noestro Senyor, y reclamo de cuantos esperabais mis palabras perdon por la mi demora forçada por longa malaltia enfermisa, que ha me impedido relataros las tan esperadas Cronocas de como Facimos e Disfrutamos de las muchismas horas vividas con toda intensidad; tanto para hasta alli allegarnos, alegres, como de nuestro periplo lloroso de pena y añorança, al regresar a este Levante Feliç, des del que bien sos escribo remaniendo en lo recuerdo las horas vividas.


Iniciaré lo mi relato como lo fizo la propia jornada, que aun con lo sol por despuntar partimos Nos y quienes me acompañaren, los Señores de Serrano, Alfredo y Bellido, Roberto; pertrechados a tal fin de llegarnos cruzando la Piel de Toro del Oriente al Occidente, como si lo propio sol mos traçara la ruta a seguir, pues que fueren muchas la horas, más de las que en una mano se cuenten con los dedos mesmos, pero nos era benebolo el clima, y el camino despejado, y con buen pisar, a ritmo de calçada romana, que no la hubiera para llegarse en tiempo antiguo desde Saguntum a Lusitania...





Por no alargar mas de cuanto fuere preciso, decir por no callarlo, que hubo en la parada, una beuna reposición de fuerças, con el tan español plato de los Güevos Fritados con Chorisso, que animoó y mucho la jornada, dado que por tan gran carruaje como portabamos, aun no habiendo de espentarlo con el fisico, si habia que domarlo entre las manos expertas de Maese Serrano, a



quien tambien llamaremos Alfredo por acortalle...





Pasada la hora del medio dia, entrados en tierras Castellanas, pues rebasabamos de continuo Avila ahora, Salamanca al momento, y Valladolid casi sin notallo; dislumbramos en nuestro betusto mapa la añorada tierra Zamorana, de la que aun paso queda la noble y tan añorada Bragança, y quienes alli mos esperaban, un hora menos que contar, quien lo diria...






Sabios versos aquellos los de "Ancha es Castilla" y larga bien mediria yo, pues fuere pasada la segunda campanada en Santa Maria la Mayor, cuando logramos penetrar en tierras Portugueras, si bien la magia del momento, mo fizo retroceder, un hora en lo tiempo, encontrandonos con un regalo de Una Hora, para caminar las leguas que nos separaban de la fortificada villa, habiendo entrado ya en lo hondura de la Provincia de Bragança...





Nuestro ojos, engrandaron su mirar al contemplar por fin, allen de valles e montañas, la magnifica ciutat que era nuestro destino fisico, que lo destino humano, no era otro que abraças con gusto y gana de amigo a noestro anfitrion Antonio Cubas, lo Gran Antonio y las suyas gentes de quienes mas despues me he de desfacer en merecidos alagos, y al punto que me falten las palabras, que de mi fluyen cual manantial, enplearé alguna que otra imagen, Dios mediante.
































Como no podría ser de otra manera, quedamos prendados de la magnificencia y belleza de la imponente fortaleza de pizarra, y tiempo, eniesta, robusta, y bienluciente, eramos Nos y los otros en Bragança!!!

















Loado sea Noestro Señor Dios Padre, por la bondad de dejarnos tocar estos muros, como silo fueren de la bendita Jerusalem, en tiempo de Cruçados!!!


















Ya reza el Salmo " He llegado Señor a tu Muralla Inespugnable, tanto como lo es de grande e imponente tu misericordia"



























Recibidos todos nos, yo e los otros más, con ferboroso abraço por el buen Antonio, quien presentonos de inmedito tal a Nacho, quien también se hallaba; cual rudo Señor de sus mesnadas, con tanto caracter como bondad, y larga brazo para su latigo, tanto como para estrechar y al punto de mostrarmos el lugar que se nos tenia prerarado; entregado el Salvoconducto; llegamos el Carruaje a su lugar para obrar campamento entre la resta de Caballeros, e Nobles que con Nos, compratirian estas y otras horas.






























Fue tal la muestra de Hospotalidad, que en no dejandonos ni despachar los pertrechos, fueimos conminados a compartir mesa, que no hay mayor simbolo de tal hechos; donde tuvimos fortuna de conocer y bien lo digo a Romi, esposa de Nacho y a sus vasallos; y compoartir pan y manjares con Maria esposa de Antonio a quein ya conociamos de andanzas en Teruel de España; su hijo Tor, y los entrañables y joviales quienes fueren famulos del campamento, serviles no que si serviciales, tanto como educados e simpaticos, ya fueren las muy bellas Damas; Gloria, con los ojos de la Mar tranquila, Laura,con la sonrisa desafiante del mismos sol, por su brillar y CarmenMa, con los cabellos negros y brillantes cual la noche Bragantina; o los cuatro varones, Ruben, Eu, Carri, y Luis Ma... de quienes no facer mencion a ojos o cabellos, no es si no cuestion de hombria....






























Fue tan calida la recepción y tan entrañable toda la gente que en aquel tabernaculo se encontraba, que olvidamos de subito, la fatiga de las horas previas, camino andado...






























La emoción del momento recordado, face en mi mella, de añoranza, y un frio recorre mi espinazo, hasta posarse en la mi testa, que en siendo rudo Caballero curtido en mil combates; tal vez alguno menos, no se yo; digome para mis adentros, y sobre el pecho....



























Que buenas Gentes caramba!!!!



























(queda para otro momento pues, la parte segunda y otras más, con versos y lisonjas...)



























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